Esta escultura de 2.90 m. de altura, tallada en cantera y ubicada a la entrada del museo, es una alegoría de la Justicia. Fue realizada por Benigno Montoya (1862-1929), célebre escultor a quien Durango debe numerosas construcciones. Originalmente estuvo colocada en la fachada del edificio de la penitenciaria, en la calle Carlos León de la Peña, entre Negrete y 20 de Noviembre.

Escultor y Arquitecto nació en la Hacienda de Troncoso, Zacatecas, el 13 de febrero de 1862. Hijo de don Jesús Montoya, cantero escultor y Doña Hesiquia Muñoz. Al año de edad fue traído de la ciudad de Durango, tierra en la que creció y a la cual entrego su obra fecunda y extraordinaria, razón por la cual siempre se sintió duranguense.

Don Benigno Montoya fue contratado por el maestro de obras, Don Gregorio Díaz, para construir la casa del Arzobispado de Durango donde diseñó y construyó el altar de la capilla que por si solo habla de la inspiración y capacidad del maestro.

Proyectó y construyo en su totalidad el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles, diseñó y construyó la capilla del seminario, hoy Templo de San Martín de Porras, el altar mayor del Templo de San Agustín y el altar de Nuestra Señora de los Dolores en el mismo templo. También talló los motivos ornamentales de la fachada del Teatro Principal, hoy Teatro Ricardo Castro.

El 29 de diciembre de 1929 murió don Benigno Montoya Muñoz orgullo de Durango y padre del Mtro. Francisco Montoya de la Cruz, gran hombre que heredó la sensibilidad de su padre.