Sala de Arqueología 2
Por los años 600 al 900 en Alta Vista, Zacatecas, surge la cultura Chalchihuita, con dos grandes momentos: la Rama Suchilteca, de notoria influencia Teotihuacana, y la Rama Guadiana, que se extendió a Durango.
Entre el año 600 y 1000 d.C. se intensifican las relaciones de la región de Sinaloa y Nayarit con la Cultura Aztatlan, lo que se advierte por la cerámica de la Fase Chametla de la costa encontrada en Durango, así como objetos de cobre.
Oasis América (900 - 1350 d.C.) surge en el Suroeste de los Estados Unidos con los grupos Anasazi, Hohokam, y Mogollón, que al fusionarse propician, entre otros, los grupos Pueblo que avanzan hacia el Sur, llegando hasta Durango, Zacatecas y Norte de Jalisco, donde nos dejaron evidencias arquitectónicas en los barrancos y quebradas con las llamadas "casas en los acantilados".
Al final del recorrido por las salas de arqueología se muestran los restos momificados de dos infantes y un adulto, provenientes de los grupos constructores de casas en los acantilados y habitantes del desierto.
La cultura chalchihuita en Durango
La cultura chalchihuita se ve como una expansión de Teotihuacan hacia el norte, para el control y abastecimiento de la turquesa, el cobre y la serpentina; también se comerciaban cerámicas rituales de singular belleza, plumas de aves exóticas y otros productos, surgiendo Alta Vista, en Zacatecas, hacia el 500 d.C., como punto de enlace entre la metrópoli y los centros productores del norte.
Fue un centro astronómico religioso, cuya arquitectura fue de influencia mesoamericana. Hacia el 900 d.C., Alta Vista fue atacada, destruida, y sus habitantes la abandonaron. Algunos grupos se establecieron en el Valle de Guadiana y sitios como La Atalaya, Schroeder y El Zape, uno de los más representativos de la cultura chalchihuita en Durango.
La organización fue teocrático-militar, con jefes investidos de poderes absolutos. La economía se basaba en los cultivos de temporal, de regadío, y en un comercio altamente organizado. Su religión fue politeísta; se rendía culto a las manifestaciones naturales y a los astros; los sacerdotes o chamanes gozaron de poderes decisivos.
Cultura post chalchihuita
Tras haber sido saqueada e incendiada, la influencia que ejerció Altavista en Durango se prolongó. Los diversos sitios que formaron parte de esta cultura siguieron fabricando cerámicas de tradición chalchihuita y mantuvieron por mucho tiempo sus relaciones de comercio y de intercambio con lugares distantes.
La cerámica y los artefactos suntuarios no tuvieron la calidad de los de Alta Vista, pero la decoración y las formas siguieron la vieja tradición, aunque con influencias locales. Tenemos evidencias de la cultura post chalchihuita en los asentamientos de la cultura Loma San Gabriel, en Villa Ocampo, Santa María del Oro, Guanaceví, Tepehuanes, Santiago Papasquiaro, Canatlán, La Capital, El Mezquital y sobre todo hacia la Sierra Madre Occidental.
Hasta la llegada de los Europeos, la organización de estos grupos era en torno a un jefe con poderes absolutos. La economía tenía como base los cultivos de maíz, frijol y calabaza, sin dejar la recolección y la caza. La religión era politeísta con numerosas influencias mesoamericanas.
Cultura Aztatlán
De origen mesoamericano, corresponde al occidente de México y se desarrolló en Sinaloa y Nayarit. Penetró en la región de Durango entre el siglo VI y el XVI, por el intercambio con los habitantes de la costa. La presencia de la cultura aztalán se advierte en distintos lugares como Topia, El Zape, Schroeder, Hervideros, El Molino, y Navacoyán, que formaron el "camino del cobre", que desde la costa llegaba en forma de objetos rituales y de ornato como orejeras, anillos, brazaletes y cascabeles; igualmente se comerciaba con sal y objetos de concha; cuentas de barro, pipas, tabaco, hachas, algodón, así como con vasijas de cerámica.
La deformación de los cráneos, los entierros en urnas de cerámica el limado de los dientes y algunos aspectos rituales son también influencia de la costa. Más tarde aparece la cerámica híbrida de los estilos aztatlán y chalchihuita.
La economía se basaba en los cultivos de temporal y riego, la caza, la recolección y el comercio vecino. Los jefes y caciques controlaban el territorio, y la religión incluyó deidades locales, de la costa y el culto a los muertos.
Oasisamérica
El área cultural de Oasisamérica tuvo su origen en el suroeste de los Estados Unidos. Hacia el siglo XII, los grupos que la integraban se disgregaron y, seguramente, los indios pueblo penetraron en México, siguiendo la Sierra Madre Occidental hasta el norte de Jalisco.
Tenemos evidencias de estos grupos, sobre todo en las "casas de los acantilados", localizadas en cuevas y abrigos rocosos como en Cerro Blanco, El Salto -en el Mezquital- y en los municipios de Tepehuanes, Topia, Otáez, San Dimas y Pueblo Nuevo. Estas casas, hechas con troncos, varas y otates atados con cordeles de fibras de palma y yuca, hierbas, piedras pequeñas y lodo.
En su interior hay metates sin soportes, cerámica y textiles, artefactos de piedra, numerosos olotes y cestos de fibras recubiertos con lodo. Estos grupos abandonaron sus asentamientos hacia el siglo XVI; nada sabemos de su organización social ni de sus ideas religiosas. En cuanto a su economía, entendemos que ya conocían el maíz y otras gramíneas, pero ignoramos los cultivaban o los obtenían por comercio.